Factores físicos:
- Antigüedad.
- Desgaste y daños.
Condiciones del camino:
- Baches, obstáculos, bordes, objetos punzantes, reductores de velocidad.
Clima:
- Temperaturas extremas.
- Lluvia, nieve y hielo.
- Aceite, grasa y otros productos químicos.
- Luz solar intensa y ozono.
Hábitos de conducción:
- Conducir a exceso de velocidad.
- Arranques rápidos y uso del freno de mano.
- Conducir por caminos deteriorados.
- No percibir cambios en la maniobrabilidad, ruidos o vibraciones.
- No consultar a un profesional cuando se presenten cambios.
Uso inadecuado:
- Usar llantas de verano en nieve y hielo.
- Mezclar tipos de llantas.
- Usar tamaños de rueda y rin que no son compatibles.
- Colocar llantas que no tienen capacidad para velocidad e índice de carga al menos iguales a o más altos que aquellos que el fabricante del vehículo especifica originalmente.
- Volver a inflar una llanta que se ha ponchado o que se ha desinflado demasiado.
- Usar una llanta de refacción de un tamaño diferente a velocidades que excedan 50 mph (80 kph).
Fuente: https://www.michelin.com.mx/